Este blog ha sido creado sin ánimo de lucro. El único interés que me guía en este proyecto es la divulgación, el intento de llevar al gran público un aspecto del debate ciencia-fe que, considero, no es suficientemente conocido, pero que no debe ser obviado si pretendemos construirnos un criterio global y objetivo sobre un tema de candente actualidad.

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La Ciencia es uno de los caminos para aprehender la realidad

música, dios y la ciencia

Una significativa parte del colectivo científico mundial considera la ciencia como un ente autosuficiente para comprender la realidad. Si hacemos un breve periplo histórico a través del pensamiento humano, veremos que hubo una etapa, iniciada en la antigua Grecia, en la que la filosofía analizaba íntegramente la existencia en todas sus dimensiones. Con el advenimiento del método científico, poco a poco fuimos confundiendo Conocimiento (con mayúsculas) con conocimiento científico, entendido como aquél obtenido al aplicar el método hipotético deductivo básicamente a la información recibida por los sentidos y por los instrumentos y métodos que amplían su capacidad de observación.

Por suerte, a caballo de los siglos XIX y XX, surgieron las voces discrepantes que nos han llevado a un nuevo paradigma. En efecto, la ciencia tiene su parcela, el mundo sensible, y su método. Pero la crítica a su forma de conocer y a la validez y racionalidad de su conocimiento no le corresponde. Le corresponde a la filosofía, con lo que así se recupera una de las parcelas que siempre le habían caracterizado: la crítica del conocimiento.

Así, han surgido sugerentes ideas como las siguientes:
Pero el factor decisivo en este tipo de reflexiones no viene de la crítica interna a la propia ciencia, la que, por su evidente capacidad de permitirnos operar sobre la realidad, adquiere a mi entender una sobrevaloración cognitiva, sino que proviene del análisis multidimensional de la realidad.

La ciencia, con toda su grandeza y miseria a la vez, nos da un conocimiento útil para intervenir sobre la realidad. Y, en parte, esto es maravilloso. Y digo en parte porque la ciencia carece de otra vía de análisis de su ''modus operandi'', que también es genuino de la filosofía... Se trata de la dimensión ética. Sencillamente la ciencia nada nos dice del cómo obrar o sobre qué camino seguir de entre las múltiples vías de que nos provee para intervenir y transformar la realidad.

La Ciencia, en efecto, no es más que una de las formas de conocer del ser humano. Maravillosa en muchos aspectos y no cabe la menor duda de que significó la gran revolución de la Modernidad que ha conducido a la actual sociedad en la que vivimos...


Esto no significa por supuesto lo contrario: Cualquier conocimiento es equivalente al de la Ciencia. Pero no olvidemos que el análisis filosófico es previo al hipotético-deductivo, condicionándolo y relativizándolo.

¿O acaso no es tan válido como vía para la aprehensión del ser último, aunque no posea el mismo utilitarismo ni las mismas funciones, ni tan sólo la misma metodología, la visión del arte sobre la realidad -sensible o no-, en la que subyace la visión subjetiva del artista creador? Por válida, insisto, no quiero decir equivalente, sino distinta pero a la vez cumpliendo también su función como una dimensión más de la riqueza de enfoques del ser humano en su interpretación de lo existente.

¿Y el análisis inherente al espíritu humano, base y fundamento de todo conocimiento, de toda experiencia?

Las ideas del filósofo (Karl) Jaspers sobre la Teoría de la Realidad nos muestran claramente la riqueza y pluralidad de enfoques a la hora de describir e interpretar aquello que existe. El conocimiento permite tres enfoques distintos:
Cualquiera de las tres manifestaciones de la realidad nos permite hacer una descripción de aquello que existe, pero la descripción completa siempre es imposible.

Desde una de las visiones parciales del ser, es imposible extraer conclusiones válidas no contrastadas con otros métodos de conocimiento. Además, ¿qué validez tiene, como forma última de entender lo existente, una forma de conocimiento dependiente del modelo en vigor; sometida a la subjetividad y a los prejuicios más de lo que se creía, aunque maravillosamente válido como instrumento?

Incluso desde la visión parcial de la Ciencia, podemos afirmar: En Ciencia, aquello no contrastable con la experimentación, carece de validez… ¿Acaso la existencia de Dios lo es?

  Francisco Lozano Winterhalder
Profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Ramon Llull 



Recordemos de nuevo a Einstein: ¿Describirían ustedes la novena sinfonía de Beethoven como "una variación en las presiones de onda"? La ciencia sí lo haría, de hecho, desde su punto de vista, una sinfonía, o cualquier otra pieza musical, es exactamente eso, el método científico no puede deducir nada más, ni tiene por qué hacerlo. Recordemos también que la Ciencia es, por definición, la disciplina que estudia los fenómenos "naturales", todo lo que vaya más allá de este ámbito, todo lo que se engloba dentre del mundo subjetivo (y las emociones que se experimentan al oír una buena pieza musical entran en este campo) excede su competencia. Pero volvamos a la pregunta, ¿ustedes dirían que la novena sinfonía de Beethoven es "sólo" una variación en las presiones de onda?... Si usted es un científico reduccionista, puede que sí lo afirme, como dijo cierto filósofo eminente: "al que tiene un martillo, todo se le vuelve clavo" :-), aunque, evidentemente, todo no es clavo.

Sin embargo, un observador imparcial, no ideologizado, que observara el asunto desde fuera, derivaría sin problemas en la conclusión lógica de que necesitamos de otras disciplinas, además de la Ciencia, para completar la descripción total de un objeto o realidad.
 
Más sobre los múltiples "mapas" de la realidad, AQUÍ
 
Más información sobre este tema AQUÍ

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